20 de octubre de 2021
20 de octubre de 2021
Autor: Mike Rollings
Una toma de decisiones efectiva en los entornos empresariales actuales, tan complejos y sujetos a cambios disruptivos, debe ser conjunta, contextual y continua para producir buenos resultados.
“Seríamos capaces de tomar una decisión mucho mejor sobre esto si tuviéramos datos al respecto”. Si has oído esta frase últimamente, no eres un caso único. En 2021, los datos que faltaban podrían tener relación con las vacunas. En 2020, es probable que los datos se relacionasen con la COVID-19 y sus efectos.
Pero esos son solo ejemplos sumamente claros de las dificultades a las que se han enfrentado los altos ejecutivos desde hace años: demasiadas decisiones empresariales se basan en gran medida en datos y modelos analíticos diseñados para el orden establecido. Cuando el contexto cambia, la toma de decisiones no se puede mantener igual.
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Seguimos tomando decisiones del mismo modo que hace décadas. Las cosas tienen que cambiar.
En cada organización, la toma de decisiones es una tarea esencial que se está volviendo cada vez más compleja. La toma de decisiones implica consideraciones mucho más amplias, sus posibles repercusiones se extienden a otras empresas, donde se difuminan las líneas entre las decisiones estratégicas, tácticas y operativas.
La toma de decisiones efectiva requiere que los directivos de empresa reformulen lo que es esencial, quién y qué está involucrado, y replanteen cómo aprovechar los análisis de datos para mejorar la toma de decisiones. El resultado será una nueva competencia fundamental, que impulsará mejores resultados comerciales.
Esencialmente, no se trata de reformular cada decisión, sino de aplicar este proceso de pensamiento reformulado a las decisiones más importantes y con mayor impacto: aquellas que no se pueden tomar de forma eficaz con los enfoques tradicionales.
Considera qué tipo de datos necesitas, qué datos podrías explotar, qué partes de la toma de decisiones es mejor asignar a seres humanos y cuáles deberían gestionar las máquinas. Y determina las colaboraciones que son esenciales, en lugar de lo que puedes gestionar.
Según una encuesta reciente de Gartner, el 65 % de las decisiones que se toman son más complejas (implican más partes interesadas o elecciones) que hace dos años. El estado actual de la toma de decisiones es insostenible.
Para reformular las decisiones de modo que aborden la mayor complejidad e incertidumbre existentes, una buena toma de decisiones debe ejecutarse de forma más conjunta, contextual y continua.
Ninguna decisión es independiente. Las decisiones de una persona afectan a otros en la empresa y en el ecosistema, y viceversa. La toma de decisiones debe ser mucho más conjunta en todos los niveles, no solo jerárquicamente (estratégico > táctico > operativo) sino también en el sentido de interconexión. Es fundamental compartir los datos y la información en todos los ámbitos de la organización.
Las decisiones alternativas deben evaluarse teniendo en cuenta el contexto, más allá del alcance del evento o la transacción individual. Las organizaciones, con frecuencia, desatienden el hecho de proporcionar a sus propios datos y análisis comerciales la misma personalización que saben que esperaría un consumidor.
Las organizaciones deben ser lo más receptivas posibles ante las oportunidades y los cambios repentinos. La toma de decisiones se está convirtiendo en un proceso mucho más continuo, en el que las organizaciones deben mantener sus opciones abiertas.
Una toma de decisiones efectiva, realizada de forma conjunta, contextual y continua, genera gran cantidad de beneficios comerciales, que incluyen una mayor transparencia, precisión, adaptabilidad y velocidad.
La toma de decisiones efectiva también es mucho más inclusiva. Tiene en cuenta a todas las partes interesadas necesarias y es colaborativa. Realiza un escrutinio de múltiples aspectos de una oportunidad comercial y se produce cuando más relevancia tiene para el cliente, el ciudadano o la organización.
Considera una empresa de componentes industriales de tamaño medio. Tradicionalmente, las decisiones de la cadena de suministro las tomaban equipos discretos compartimentados, de una en una. No tenían en cuenta el alcance de la cadena de suministro, ni mucho menos otras interconexiones como el impacto en la relación pedido-cobro.
La toma de decisiones de la empresa puede funcionar, ¿pero funciona bien? Además, ¿funciona bien en la era de la aceleración digital?
Considera cómo tomar estas decisiones con una mentalidad conjunta, contextual y continua. Las conversaciones empiezan mucho antes en el proceso e incluyen a más partes interesadas, preguntándose qué datos y qué conocimientos permitirían obtener un resultado con mayor impacto.
¿Qué ocurre si queremos optimizar la decisión para la producción y la cadena de suministro? ¿Cómo predecimos entonces las condiciones que provocarían un cambio en nuestros manuales antes de que se produzcan?
Podrías incluso considerar la optimización de la producción, la cadena de suministro y las ventas, donde un exceso de suministros genera ofertas digitales para los clientes que, con más probabilidad, aceptarán el trato. Esto cambia la conversación de hablar de la cadena de suministro a tratar sobre la optimización del negocio a un nivel superior, con todas las partes interesadas involucradas.
Esforzarse por tomar decisiones de forma conjunta, contextual y continua parte del mismo proceso de pensamiento que impulsa el uso de gemelos digitales en el mantenimiento predictivo, o incluso en todo el negocio. En el sector público, impulsa el deseo de optimizar y coordinar los servicios para los ciudadanos entre organismos. En pocas palabras, se trata de proporcionar una mejor comprensión del contexto más amplio y facilitar decisiones continuas que estén conectadas con todo el entorno.
Uno podría sacar la conclusión de que cualquier reformulación de la toma de decisiones debería tratar de eliminar el último elemento poco fiable del proceso: el humano. Muchas empresas asumen que la hiperautomatización significa la automatización de todo. Pero eso sería poco afortunado.
La automatización tiene su lugar. El aumento resulta ideal cuando las tareas y el trabajo son repetitivos pero los datos pueden añadir inteligencia. En general, tanto las máquinas como los seres humanos tienen una función que desempeñar en la toma de decisiones efectiva. Los responsables de la toma de decisiones no deberían ser reemplazados en todas partes, sino que deben complementarse con el poder de los datos, los análisis y la IA.
Si todos estos elementos se organizan de forma cuidadosa, el resultado puede ser una rica sinergia surgida de la combinación del sentido común y la experiencia práctica de los seres humanos con los conocimientos que los modelos y algoritmos de IA pueden obtener de cantidades de datos incluso mayores.
Las decisiones deberían ser una capacidad esencial fiable y de confianza para cada organización y su personal. Sin una toma de decisiones eficaz y eficiente, las organizaciones van a la deriva, o caminan a ciegas ante los cambios de las condiciones del mercado, las percepciones del cliente y los comportamientos de los ciudadanos.
Una toma de decisiones efectiva, reformulada para ser conjunta, contextual y continua, tiene en cuenta la incertidumbre y mejora nuestra capacidad para aportar claridad a consideraciones que resultaban opacas. Se convierte en un diferenciador competitivo. Si eres capaz de gestionar una mayor incertidumbre que otras empresas de forma cómoda y con habilidad, entonces tienes una ventaja definitiva.
Recursos recomendados para clientes de Gartner*:
El futuro del análisis de datos: Reformulación de las decisiones, 2025
Presentación: El futuro del análisis de datos — Reformulación de las decisiones, 2025
* Ten en cuenta que algunos documentos podrían no estar disponibles para todos los clientes de Gartner.