Según una encuesta de Gartner, solo el 13 % de los empleados están plenamente satisfechos con su experiencia. Las organizaciones realizan inversiones considerables en iniciativas para mejorar la experiencia del empleado, por ejemplo, en recursos para facilitar la incorporación y en el rediseño del lugar de trabajo. Aunque estas inversiones mejoran progresivamente la satisfacción y el compromiso de los empleados, el coste de seguir cumpliendo con unas expectativas cada vez mayores de los empleados resulta insostenible.