A medida que las empresas se transforman, se expanden y operan en entornos más complejos, los departamentos jurídicos se esfuerzan para cubrir la creciente demanda de asistencia rápida y acorde con la tolerancia al riesgo en todos los niveles de la organización. La dependencia excesiva de los flujos de trabajo tradicionales, la falta de procesos optimizados y la ejecución manual de tareas repetitivas producen cuellos de botella que llevan al área Legal a retrasar iniciativas fundamentales de la empresa.