Tres acciones clave en la respuesta de la cadena de suministro a la crisis climática

Es incuestionable que nuestro mundo vive un clima cambiante. En el último año, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha emitido sucesivos informes, cada uno más desalentador que el anterior. El mensaje es duro: la crisis climática afecta a todas y cada una de las zonas pobladas del planeta. Esto incluye los Estados Unidos, que sufrieron 20 fenómenos climáticos independientes en 2021, con costes de miles de millones de dólares, y Australia, con una disminución de las precipitaciones del 16 % desde 1970.

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Los 3 principales efectos de la crisis climática en la cadena de suministro

Saber cómo abordar el impacto de la crisis climática supone un dilema para las cadenas de suministro. ¿Deberíamos actuar ahora o esperar a ver qué sucede? Según nuestra investigación, los efectos ya se dejan notar. Estos van más allá de los fenómenos medioambientales en que solemos pensar, como incendios forestales, inundaciones y heladas.

El impacto de la crisis climática suele dividirse en tres grupos:

• Los riesgos de transición, derivados de los cambios en las políticas y el mercado al avanzar hacia una economía de bajo carbono. Si, por ejemplo, se incrementan los costes del carbono y las normativas sobre sus emisiones, los activos de combustibles fósiles pueden quedar bloqueados. Un activo bloqueado será objeto de amortización prematura y no producirá los rendimientos financieros esperados.
• Los riesgos físicos, que pueden derivarse de fenómenos (agudos) o ser cambios a largo plazo en los patrones climáticos (crónicos). Algunos riesgos derivados de fenómenos son las inundaciones y los incendios forestales. Algunos cambios a largo plazo son los riesgos de aumento de las temperaturas medias, subida de los niveles del mar y olas de calor crónicas.
• Las oportunidades de la crisis climática, que pueden surgir a raíz de los cambios en las preferencias de los consumidores por ciertos productos o servicios, o de la apertura de nuevos mercados para ciertos productos. Estamos observando un aumento, por ejemplo, en el uso de vehículos eléctricos y las consiguientes infraestructuras de recarga.

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Evidentemente, valorar todos los riesgos y oportunidades puede resultar abrumador, pero el inmovilismo no es una opción. El impacto de la crisis climática no hará más que aumentar y es imprescindible invertir en todo lo necesario para que nuestras empresas sean resilientes y adaptativas.

Acciones para adaptarnos a la crisis climática

Ahora bien, ¿por dónde deben empezar los directores de cadena de suministro? En un informe reciente, Gartner presentó 3 acciones clave que pueden adoptar los directores de cadena de suministro para marcar la diferencia. 

• Crea una sensación de urgencia para la adaptación climática: los directores de cadena de suministro (Chief Supply Chain Officer, CSCO) deben asociarse con otros responsables y preparar un caso empresarial favorable a la acción, reiterando el mensaje de que la inacción conllevará cambios disruptivos más frecuentes y cada vez más costosos. Trabaja con expertos para simplificar los mensajes sobre la crisis climática y relacionarlos con el contexto de la empresa. Esto ayudará a la organización a facilitar la inversión en soluciones de gestión del riesgo.
• Aprovecha la gestión del riesgo y la planificación de escenarios: utiliza los procesos existentes para que te ayuden a identificar los riesgos y las oportunidades. Compleméntalos con escenarios que definan versiones plausibles del futuro. El IPCC y el World Economic Outlook ofrecen un excelente punto de partida. Una vez hecho esto, evalúa el impacto de los riesgos para determinar más fácilmente una respuesta eficaz.
• Asocia cada acción con riesgos y oportunidades: las acciones para la crisis climática se inscriben en un ciclo continuo, comenzando por la adaptación focalizada, que se centra en acciones locales basadas en áreas. Esto crea unas capacidades mínimas de reacción al riesgo, por lo general en forma de soluciones de ingeniería y planes de continuidad de la empresa. Este enfoque, que funciona bien a corto plazo, no garantiza resultados satisfactorios a la larga.

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A continuación viene la adaptación informada, que incluye una evaluación basada tanto en los ingresos generados como en el impacto de los diferentes escenarios sobre la cartera de productos y la presencia de la empresa. La cadena de suministro y toda la empresa focalizan las acciones basándose en la protección de los ingresos, no en la ubicación ni el área.

Finalmente, aquellas organizaciones que logran responder a los riesgos y, además, aprovechar las oportunidades están avanzando hacia unos enfoques de adaptación transformadora. La crisis climática está conformando la estrategia de empresa. Estas organizaciones tienen una visión del negocio a largo plazo y cada decisión se pondera según su impacto en la crisis climática. En este caso, la crisis climática se considera tanto una amenaza a corto y largo plazo como una oportunidad de diferenciación para conseguir ventaja competitiva.