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La gestión de la cadena de suministro (Supply Chain Management, SCM) consiste en integrar, sincronizar y orquestar todos los flujos físicos, financieros y de información necesarios para que las organizaciones y sus socios en la cadena de valor puedan cubrir la demanda de sus bienes y servicios.
La aspiración de las organizaciones de cadena de suministro es planificar los recursos y la capacidad que necesitarán para satisfacer las necesidades de los clientes y, al mismo tiempo, optimizar su actividad para alcanzar sus objetivos de costes, servicios, inventario, resiliencia o sostenibilidad, entre otros. Los procesos clave de la cadena de suministro son:
A través de estos procesos, las organizaciones de cadena de suministro prevén la demanda, seleccionan a los proveedores y tratan con ellos (incluidos fabricantes contratistas), planifican la producción y fabrican los productos (después de haber adquirido las materias primas), almacenan y entregan los bienes terminados (recurriendo a la logística o a terceros proveedores de logística [3PL] para coordinar y programar los pedidos y las entregas) y gestionan las devoluciones de productos, por ser defectuosos o excesivos para cubrir las necesidades.
Las cadenas de suministro llevan los bienes y servicios adecuados a los clientes pertinentes en el momento oportuno a través de una red de actividades conectadas. Por ello, se las considera un potente motor de actividad económica.
Si las cadenas de suministro fallan, la actividad económica y los resultados comerciales pueden verse perjudicados. La crisis de la COVID-19 puso de manifiesto la fragilidad de unas cadenas de suministro a escala mundial que, durante demasiado tiempo, se habían optimizado pensando exclusivamente en la rentabilidad. Con el fin de contener los costes y mejorar la eficiencia, la gestión de la cadena de suministro se había centrado tradicionalmente en los principios del modelo “lean” y de la producción ajustada, lo que en la práctica significa emitir nuevos pedidos solo cuando disminuye el inventario. De esta forma, se minimizan el desperdicio de capacidad productiva y el stock disponible, pero también se elimina la reserva para etapas de escasez imprevistas.
La pandemia forzó los patrones de suministro y demanda hasta unos límites que las organizaciones no habían previsto ni planificado. Las cadenas de suministro a escala mundial habían conocido en el pasado otros cambios disruptivos, derivados, por ejemplo, de las guerras comerciales o la inflación, pero el impacto de la pandemia fue de tal magnitud y extensión y generó unos retrasos y una falta de materiales tan considerables que resultó imposible satisfacer la demanda de los clientes.
La pandemia de la COVID-19 también alteró en lo fundamental el panorama del comercio y aceleró la necesidad de transformación de la cadena de suministro minorista.
Responder con eficacia al cambio disruptivo y gestionar las contrapartidas entre rentabilidad y resiliencia será esencial para las cadenas de suministro del futuro, en el esfuerzo de las organizaciones por proteger sus marcas y conservar el margen competitivo con los clientes. (Consulta también “¿Qué es la resiliencia de la cadena de suministro?” y “¿Qué es una cadena de suministro digital?”)
El objetivo final de una estrategia de gestión de la cadena de suministro es contribuir a los objetivos de la empresa, impulsar sus aspiraciones y ganar ventaja competitiva. Esto implica algo más que optimizar los procesos de la cadena de suministro de extremo a extremo: supone también una adaptación a modelos operativos y de negocio, e incluso su potencial transformación.
A partir de 2022, toda estrategia de gestión de la cadena de suministro debe tener en cuenta disrupciones continuadas, y tal vez inimaginables todavía, en las redes globales, los modelos operativos y las demandas de las partes interesadas.
Algunos factores de cambio recientes en la cadena de suministro son la expansión de los modelos de negocio digitales, la apuesta por vender soluciones y no solo productos, la diversidad de expectativas de los clientes y el ritmo creciente de los cambios disruptivos. En este entorno volátil, la estrategia de cadena de suministro aportará valor si logra que a la empresa le resulte más fácil, rápido, seguro y económico cambiar de modelo operativo.
Algunas cadenas de suministro adoptarán modelos operativos modulares que permitan agrupar y reorganizar los componentes y las capacidades, así como cambiar de rumbo en función de las circunstancias. Gartner describe esta evolución hacia una mayor flexibilidad como volverse más componible. Otros responsables de cadena de suministro se centrarán en desarrollar una hoja de ruta digital e integrada de extremo a extremo (consulta también “¿Qué es una cadena de suministro digital?”).
La gestión de la cadena de suministro contribuye a una serie de objetivos empresariales, como los de sostenibilidad y de diversidad, igualdad e inclusión. Pero, independientemente de las iniciativas específicas —y de su alcance—, las organizaciones deben evaluar el estado actual y futuro de sus cadenas de suministro, y priorizar aquellas acciones que permitan cubrir sus carencias.
La logística se encarga de planificar y gestionar el transporte desde las fuentes de suministro, pasando por los centros de fabricación y distribución, los almacenes y otros puntos de la cadena de suministro donde las materias se irán procesando a lo largo de un recorrido que llega hasta el cliente final de la empresa.
Cada vez más, la logística y la satisfacción del cliente están integradas, ya que ambas forman parte de la gestión de la cadena de suministro que se ve afectada más directamente por las expectativas cambiantes de los consumidores. Sin embargo, la logística no puede funcionar solo con el objetivo de satisfacer las expectativas de atención al cliente sin tener en cuenta el coste que esto supone.
Los costes de logística incluyen los de entrega, por ejemplo, transporte y almacenamiento, de productividad del personal, de eficiencia de los procesos, de mantenimiento de inventario, de activos y los de uso de recursos a lo largo de toda la red logística. Ahora bien, la logística también debe responder a una mayor complicación en las carteras de productos actuales, a los desafíos de las rutas de comercialización, a la creciente complejidad de la red y a los cambios disruptivos de la cadena de suministro en general.
Por ello, medir el rendimiento de la logística supone un ejercicio de equilibrio entre un funcionamiento impecable con los pedidos, manteniendo suficiente resiliencia y, al mismo tiempo, optimizar el coste de lograrlo, o un funcionamiento para satisfacer de forma sistemática y rentable las expectativas de los clientes.
Una cadena de suministro resiliente es aquella capaz de evitar y amortiguar el impacto comercial de los grandes cambios disruptivos y recuperarse para seguir operando bajo presión.
Para asegurar la resiliencia, los directores de cadena de suministro deben equilibrar los riesgos y los costes entre la estrategia de la cadena de suministro y el diseño de productos y de la red, para garantizar que el sistema pueda funcionar bajo presión y salir adelante tras un cambio disruptivo.
Según defiende Gartner, la resiliencia de la cadena de suministro se puede lograr adoptando seis medidas:
Reservas de inventario y capacidad. Añade instalaciones de producción o amplía la capacidad con socios de fabricación externos e inventario almacenado.
Diversificación de la red de fabricación. Gana agilidad con estrategias de producción de proximidad o regional que sumen proveedores o fábricas en nuevos emplazamientos, y evalúa si es mejor producir o comprar.
Optimización de la red de abastecimiento. Amplía la red para incluir proveedores cualificados alternativos o ubicaciones secundarias utilizadas por los proveedores actuales, o añade fuentes de abastecimiento regionales.
Optimización de las redes de distribución. Equilibra la presencia de almacenes y las alternativas de transporte para ganar agilidad y flexibilidad.
Diseño de la cartera de productos. Diseña el proceso de fabricación utilizando piezas o plataformas estándar para toda una gama de productos, con el fin de simplificar el abastecimiento sin perder los beneficios de escala.
Ecosistema de asociaciones. Coordina la comunicación de datos, la supervisión del riesgo, la respuesta a las crisis y las medidas de diversificación con fabricantes o proveedores de logística que trabajan por contrato.
La gestión de la cadena de suministro debe responder a una variedad de riesgos, desde los que se generan internamente, como las dinámicas operativas de la empresa y la mano de obra, hasta los generados externamente, como los cambios sociodemográficos y las inquietudes medioambientales y climáticas.
Estos cambios disruptivos pueden tener un efecto considerable en el rendimiento de la organización, causarle un perjuicio reputacional y económico, y amenazar a su viabilidad.
La gestión del riesgo de la cadena de suministro se ha basado tradicionalmente en la visibilidad, la resiliencia y la agilidad a la hora de mejorar la respuesta a los cambios disruptivos, pero la volatilidad generada durante la pandemia desbordó muchas de estas estrategias. Ya antes de aquello, las cadenas de suministro se encontraban bajo presión.
Al evolucionar para ser innovadoras y capaces de responder a las necesidades del cliente, la mayoría de las cadenas de suministro también incrementaron enormemente su tamaño, complejidad y alcance global. Esto volvió vulnerables a las organizaciones frente a una variedad más amplia aún de riesgos, incluidos algunos que difícilmente pueden controlar. El ritmo y la variedad de los cambios disruptivos también han aumentado, de modo que las cadenas de suministro apenas tienen tiempo de recuperarse de un golpe (como una disputa comercial) antes de recibir el siguiente (como un desastre natural).
Según defiende Gartner, un enfoque más eficaz de la gestión de la cadena de suministro consiste en reducir el tamaño de la diana de riesgos en la que se ha convertido la organización de cadena de suministro: su “área de superficie”. Las cadenas de suministro que lo consigan podrán reducir a menos de una tercera parte el número de disrupciones respecto a las que se enfrentan sus homólogas enfocadas en la respuesta.
Una red de cadena de suministro consta de las organizaciones e instalaciones que llevan a cabo las actividades de cadena de suministro: desde el abastecimiento inicial de componentes hasta la distribución de los productos finales. Así, la red puede incluir ubicaciones y flujos de producción en una o varias entidades.
Una finalidad esencial de la gestión de la cadena de suministro es optimizar la ubicación de los centros y el flujo de productos a través de esta red, para lograr el equilibrio adecuado entre coste, experiencia del cliente, resiliencia y otros objetivos. Este equilibrio puede lograrse implementando el análisis avanzado.
Según Gartner, las redes de cadena de suministro deberán integrar muchos socios comerciales dentro de un ecosistema más amplio (y menos lineal) y, al mismo tiempo, optimizar el área de superficie total de la red para que sea resiliente. Este ecosistema no se limita a los proveedores directos, sino que llega hasta los de nivel 2 e incluso más allá, a los socios de logística directos e indirectos, los clientes finales, los departamentos gubernamentales y las organizaciones industriales.
Un ecosistema de cadena de suministro comparte y combina las capacidades entre los participantes de la red de cadena de suministro, y establece relaciones de igualdad para generar e intercambiar valor entre todos los participantes. Las conexiones digitales son clave para los ecosistemas. (Consulta también “¿Qué es una cadena de suministro digital?”)
Según predicciones de Gartner, en 2026 más del 50 % de las grandes empresas competirán como ecosistemas digitales colaborativos y no como compañías individuales, compartiendo aportaciones, activos e innovaciones. Esto contribuirá a conseguir la resiliencia de la cadena de suministro, en especial durante cambios disruptivos.
Las cadenas de suministro digitales aprovechan las capacidades digitales, la tecnología de la información, los análisis y los procesos basados en la web para mejorar la visibilidad (preferiblemente en tiempo real) y la eficiencia entre todas las actividades y organizaciones de la cadena de suministro, lo que significa, en última instancia, crear valor para la empresa.
La digitalización está revolucionando el grado y la intensidad de las conexiones entre socios comerciales en la cadena de suministro, lo que facilita que las organizaciones creen ecosistemas de cadena de suministro que generan valor y formen parte de ellos. (Consulta también “¿Qué es una red de cadena de suministro”?)
Ahora bien, las cadenas de suministro digitales también deben prestar servicio a una creciente variedad de productos digitales y de clientes automatizados. Las cadenas de suministro, por ejemplo, deben estar preparadas para reponer los pedidos digitales de impresoras que autodetectan que tienen un nivel bajo de tinta y para cubrir el creciente número de ofertas de “equipo como servicio” y “producto como servicio”.
Cuanto más autónomo sea el entorno, mayor madurez digital y conexión de extremo a extremo van a necesitar las cadenas de suministro. Todos los departamentos internos, desde el de Investigación y Desarrollo (I+D) y el de Aprovisionamiento hasta el de Ventas, pasando por Fabricación, Logística y Marketing, así como los socios comerciales, van a utilizar una plataforma común de datos.
Para aprovechar las oportunidades de la digitalización, los directores de cadena de suministro deben conocer y priorizar las tecnologías que pueden acelerar la transformación de la cadena de suministro. Deberían priorizarse las iniciativas digitales para generar valor para la empresa, lo que probablemente obligará a los directores de cadena de suministro a conseguir la aceptación por parte del director ejecutivo de sus esfuerzos de digitalización. (Consulta también “¿Qué es la tecnología de la cadena de suministro?”)
Algunas organizaciones están creando, además, cadenas de suministro digitales: una representación digital de su cadena de suministro real, construida a partir de datos granulares. Este gemelo digital puede reflejar actividades y conexiones del mundo físico casi en tiempo real para mejorar la planificación y la toma de decisiones.
Los análisis de cadena de suministro son esenciales para todas las decisiones sobre la gestión de la cadena de suministro (por ejemplo, ¿qué voy a vender?, ¿qué necesito fabricar?, ¿qué cantidad?, ¿cuándo?, ¿dónde?), pero, en especial, para los gemelos digitales. (Consulta también “¿Qué son los análisis de cadena de suministro?”)
Las tecnologías y soluciones de cadena de suministro incluyen aplicaciones bien establecidas, como las herramientas de planificación de la cadena de suministro y de gestión del transporte, pero también se hacen extensivas a tecnologías emergentes y en desarrollo como la inteligencia artificial, el machine learning y la robótica.
La tecnología es fundamental sobre todo para el futuro de los ecosistemas y las cadenas de suministro digitales, en los que la innovación y la colaboración impulsan la ventaja competitiva. Cuando los directores de cadena de suministro se proponen identificar, evaluar, seleccionar e implementar inversiones en tecnología que potencien la transformación de sus cadenas de suministro, deben centrar sus elecciones en el impacto potencial para sus organizaciones.
Algunos conjuntos de tecnologías ayudan a las organizaciones a llegar a nuevos clientes o mercados, por ejemplo, al mismo tiempo que contribuyen a la maduración de la propia organización de cadena de suministro. Pero, en general, el papel que tendrán las tecnologías en el camino de transformación de una organización se verá influido por la madurez de la cadena de suministro, la cultura de riesgos de la organización y el sector industrial, entre otros factores. Esto es lo que debería impulsar las prioridades de inversión.
La clave consiste en agrupar tecnologías innovadoras para solucionar problemas específicos y mejorar los resultados de una forma que diferencie a tu organización frente a la competencia. Las tecnologías emergentes jugarán un papel importante. La inteligencia artificial, por ejemplo, está siendo un catalizador básico de automatización de procesos avanzados y de interacción y mejora humanas. Otras tendencias tecnológicas significativas son la hiperautomatización y los gemelos digitales de la cadena de suministro.
Sin embargo, en última instancia, los requisitos de tecnología en la cadena de suministro deben ser acordes con la estrategia empresarial y de tecnología de la información global de la empresa, para asegurar que las inversiones tecnológicas elegidas estimulen el crecimiento y mejoren la rentabilidad, además de gestionar el riesgo y los costes.
Los análisis de la cadena de suministro generan información basada en datos que puede ser descriptiva (qué está sucediendo o ha sucedido), diagnóstica (el porqué), predictiva (de escenarios futuros) y prescriptiva (conocimientos prácticos).
El beneficio global de los análisis de la cadena de suministro es que proporcionan la información necesaria para tomar mejores decisiones, por lo que pueden aportar una enorme ventaja competitiva. Al mejorar la calidad de sus decisiones, los responsables de cadena de suministro generan más valor para la empresa, ya que los planes ejecutables utilizan los recursos con más eficacia para respaldar los objetivos corporativos.
Presentar las mejoras financieras, por ejemplo, el crecimiento de la cuota de mercado, los ingresos y el rendimiento de los activos o la reducción del capital circulante, suele ser la manera más convincente de demostrar el éxito de las iniciativas analíticas ante los directores de empresa. Pero hay más beneficios. Entre ellos:
Mejoras en la cadena de suministro, por ejemplo, la reducción del tiempo del ciclo del pedido, lo que permite ofrecer a los clientes un servicio más puntual. Una previsión más precisa también puede ofrecer beneficios en términos de uso de la capacidad, transiciones, cambios en el programa de producción y rotaciones de inventario.
Mejoras en los procesos. Los análisis, al aumentar la rapidez y la precisión de las decisiones, pueden ayudar a reducir el tiempo de generación de informes, a preparar revisiones de la empresa o a proporcionar a los clientes actualizaciones de su pedido.
Los responsables de la gestión de la cadena de suministro deben trabajar con los responsables de análisis de datos en todos los niveles de la empresa para asegurar la correspondencia entre las plataformas y la estrategia de datos, y con los responsables de TI para asegurar que se apliquen las tecnologías adecuadas. Las capacidades de optimización y simulación pueden permitir la planificación de escenarios hipotéticos, mientras que las capacidades de la IA pueden mejorar o sustituir la toma de decisiones humanas mediante el machine learning y las técnicas del lenguaje natural en todas las áreas de análisis. (Consulta también “¿Qué es la tecnología de la cadena de suministro?”)
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